#6meses de Marruecos
NEWSLETTER. Suma de respaldos internacionales; lucha contra el terrorismo y el crimen transfronterizo.
Qué ha pasado
La llegada de Trump a la Casa Blanca supone una excelente noticia para Rabat, pues, aunque Marruecos no se verá a priori exento de la ola de aranceles anunciada por la nueva administración, lo cierto es que supone un valedor muy importante de sus reivindicaciones sobre el Sáhara Occidental, tras haber reconocido ya la soberanía marroqui sobre el territorio en los estertores de su primer mandato (reconocimiento no desdicho por Biden).
De igual manera, Francia ha consagrado intensamente su reconocimiento de la soberanía marroquí del año pasado. La visita de la ministra de Educación Rachida Dati y del presidente del Senado Gerard Larcher al territorio, así como la promesa de más de 150 millones de Euros en ayuda al desarrollo de las "provincias del Sur' suponen nuevos pasos en el firme apoyo francés a las reivindicaciones de Rabat. Además, París está aprovechando el excelente estado de las relaciones bilaterales para multiplicar los intercambios comerciales y pretende tomar la delantera respecto de los contratos para la construcción de infraestructuras de cara a la organización del Mundial de fútbol de 2030.
Dichos contratos no parecen en todo caso implicar de momento a la co-organizadora España, pese al aparente buen estado de las relaciones entre ambos países, materializadas en la visita del ministro de Asuntos Exteriores Nasser Bourita a su homólogo en Madrid y la ayuda prestada por Marruecos durante el apagón que dejó sin luz a toda la Península Ibérica, airadamente agradecida por el gobierno español.
Finalmente, Marruecos sigue ganando respaldo internacional a su propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental bajo su soberanía, en este caso son Corea del Sur y Kenia quienes se suman al club de países que de una manera u otra respaldan la propuesta marroquí como principal solución al diferendo.
El rey Mohammed VI se reunió con representantes de los tres Estados de la Alianza de Estados del Sahel (AES) -Mali, Níger y Burkina Faso- para reiterar su «Iniciativa Atlántica», la oferta de Marruecos a estos tres países de facilitarles un acceso al océano a través del puerto de Dajla, coincidiendo con el deterioro de las relaciones de estos países con Argelia debido al derribo de un dron maliense.
En política interna, los servicios de inteligencia y la policía marroquíes se anotan diversos éxitos en varias operaciones contra el terrorismo y el narcotráfico. En febrero, en un operativo conjunto de la DGSN-DSGT, se desmantelaron una red vinculada a Daesh dispuesta a atentar en varios puntos del país contra miembros de las fuerzas de seguridad, instalaciones estratégicas e intereses extranjeros, para lo que disponían de armas y artefactos explosivos. En cuanto al tráfico de estupefacientes, las fuerzas policiales, en colaboración con los países vecinos, consiguieron localizar un narcotunel para el tráfico de hachis hacia la ciudad española de Ceuta, e incautaron 3 toneladas de hachis y más de 180 kilos de cocaína en los bajos de un camión que pretendía atravesar el paso fronterizo del Guerguerat con Mauritania.
Qué esperar.
La presencia de Trump y los respaldos recibidos en los últimos meses procedentes de distintos continentes representan un impulso muy importante para Rabat, cuya actitud se refuerza y su intensa actividad diplomática se ve recompensada. El éxito le llevará probablemente a aumentar la presión sobre otros países, consiguiendo algún otro reconocimiento durante los próximos meses.
Mientras tanto, las reivindicaciones saharauis pierden fuelle en el escenario internacional. Las aparentes campañas militares llevadas a cabo sobre la parte controlada por Marruecos desde el cese del alto el fuego en 2021 apenas reciben cobertura mediática y su supuesta participación en la guerra civil siria junto al régimen de Al Assad puede suponer un fuerte lastre en su relato de legitimidad, perdiendo apoyos internacionales al encuadrarlos en el mismo grupo que Irán y sus proxies.
El principal valedor de los saharauis, Argelia, mantiene un intenso enfrentamiento diplomático con Francia desde el paso en firme dado por Macron para sostener las tesis marroquíes y reconocer la soberanía sobre el territorio, en un choque en el que además se mezclan otras polémicas bilaterales (el encarcelamiento de Boulem Sansal, la no aceptación por Argelia de repatriados desde Francia, el cruce de acusaciones sobre la descolonización, etc.).
Los medios oficialistas marroquíes y argelinos continúan lanzándose diariamente reproches y acusaciones tratando de influir en sus respectivas ciudadanías e incrementado el nacionalismo que se expande rápidamente a través de las redes sociales.
El único asunto que puede enturbiar la buena racha de noticias se refiere a la aproximación de Marruecos a Israel desde su incorporación a los Acuerdos de Abraham. El gobierno organizó en Rabat, en colaboración con Holanda, la quinta reunión de la Alianza Internacional para la Implementación de la Solución de Dos Estados, en un momento en que crecen las suspicacias internas sobre la presencia israelí en la región durante los ejercicios militares African Lion (organizados por EEUU) y en un contexto de especial crudeza respecto a la situación en Gaza, que obligarán a Rabat a maniobrar con habilidad para evitar protestas sociales sobre un dosier especialmente delicado.