¿Puede EE.UU. Imponer la Solución de la Autonomía para el Sáhara Occidental?
BREVE. La inminente votación para prorrogar la MINURSO puede servir de excusa a EE.UU. para imponer una resolución que contemple la autonomía bajo soberanía marroquí como única salida para poner fin al largo conflicto.
- EE.UU. ha maniobrado estos últimos días para impulsar una solución al conflicto del Sáhara Occidental. Como ponente de la propuesta de resolución del Consejo de Seguridad sobre la MINURSO, busca obligar a las partes a negociar sobre la única base de la iniciativa marroquí de autonomía para el territorio.
- Pese a los crecientes apoyos logrados en los últimos meses por Marruecos, no parece que Rusia o China vayan a apoyar el borrador propuesto por Washington.
- Aunque no consiga aprobar la resolución en sus propios términos, EE.UU. intentará limitar la prórroga de la MINURSO a unos pocos meses para ejercer presión sobre todas las partes y acelerar la definitiva terminación de un conflicto que en noviembre cumple 50 años.
A finales de esta semana, el Consejo de Seguridad de la ONU debe adoptar una decisión sobre la prórroga de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), que en 1991 recibió el mandato expreso de verificar el alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario, así como de "organizar y asegurar un referéndum libre y justo y proclamar los resultados". Aunque el referéndum nunca tuvo lugar, la Misión viene siendo renovada año tras año por medio de resolución expresa del Consejo de Seguridad. En esta ocasión, parece que la decisión sobre la prórroga será aprovechada por EE.UU. para tratar de impulsar de una vez por todas el fin del largo conflicto bajo sus propios términos.

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Informe del Secretario General
Como todos los años, a finales de septiembre Guterres presentaba su informe ante el Consejo de Seguridad, en el que reflejaba las "hostilidades de baja intensidad" desarrolladas durante el año entre Marruecos y el Polisario, a ambos lados del muro (la "berma"), incluyendo explosiones muy cerca de las bases de operaciones de la MINURSO. Aunque en él deja constancia de la colaboración recibida de ambas partes -a excepción de algunos episodios-, critica tanto a Marruecos como al Polisario por sus violaciones en materia de derechos humanos. Así, por un lado refleja las denuncias recibidas por el Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) sobre la situación en los campamentos de Tindouf, en los que se estaría produciendo "una reducción cada vez mayor del espacio cívico y la restricción de los derechos de los saharauis a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica, en un contexto de vigilancia, acoso e intimidación crecientes", causa todo ello de una "situación desesperada". Pero por otro, también se refiere a las "terribles condiciones de detención de los presos saharauis", especialmente los de Gdeim Izik, que "permanecen recluidos en cárceles fuera del Sáhara Occidental". En definitiva, el ex primer ministro portugués se mostraba "sumamente preocupado por la situación y las enquistadas circunstancias sobre el terreno", a la vez que advertía de la posible intensificación de las hostilidades en caso de no restablecerse plenamente el alto el fuego interrumpido en 2020. En cualquier caso, recomendaba una vez más la extensión del mandato de la MINURSO por un año adicional, ensalzando su labor estabilizadora y su éxito en "prevenir una nueva escalada y el posible desbordamiento regional".

EE.UU. redacta la propuesta de resolución
Si bien lo habitual viene siendo que el Consejo de Seguridad renueve el mandato de la Misión a través de una resolución en la que toma nota de los esfuerzos del Enviado Especial y de la sucesión de acontecimientos descrita por el Secretario General, lo cierto es que, en esta ocasión, EE.UU. parece querer aprovechar su calidad de ponente de la propuesta (penholder) para tratar de sentar las bases de una solución definitiva al conflicto sobre el plan marroquí de autonomía para el territorio. No en vano, ya en los últimos días de su primer mandato, el presidente Trump reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, en una orden presidencial que no fue derogada después por Biden y que se ha reafirmado en su segundo mandato, iniciado en enero de este año.
Así, la semana pasada se filtraba la primera propuesta de resolución, por la que se renovaría el mandato de la MINURSO por unos pocos meses y se instaría a las partes a discutir "sin demora"; ahora bien, utilizando la propuesta de autonomía marroquí "como único marco" para llegar a una solución mutuamente aceptable. Washington limitaría así la negociación a alcanzar una "autonomía genuina", neutralizando de esta forma cualquier otro resultado incluyendo, por supuesto, el referéndum de autodeterminación.
La respuesta del Frente Polisario no se hizo esperar. A través de su agencia oficial, rechazó participar "en ningún proceso político ni negociación basados en el contenido del proyecto de resolución estadounidense presentado al Consejo de Seguridad" así como "cualquier solución que se imponga al pueblo saharaui contra su voluntad". El movimiento afirmaba estar dispuesto a negociar con Marruecos sin condiciones previas, siempre que se garantizase el derecho de autodeterminación expresado a través de un referéndum. A estos efectos, el Polisario había presentado solo dos días antes una "propuesta ampliada" respecto de la formulada en 2007, consistente en la celebración de un referéndum imperativo bajo supervisión ONU con tres opciones -independencia, integración o autonomía-, con el compromiso de proporcionar una serie de garantías posteriores y, en caso de independencia, establecer "relaciones estratégicas y mutuamente beneficiosas" con Marruecos, de cara a "compartir los costes de la paz". La reacción vino acompañada, además, de movilizaciones en los campos de Tindouf (Argelia) que, según algunas fuentes, habrían congregado el pasado lunes a miles de refugiados saharauis en rechazo a la propuesta estadounidense.
¿Qué puede pasar?
En las últimas horas circulan informaciones de que EE.UU. habría reducido el tono de su propuesta maximalista para tratar de reunir los apoyos suficientes para aprobar la resolución. Así, en ausencia de veto de alguno de los miembros permanentes, son necesarios nueve votos favorables para que el Consejo de Seguridad adopte una resolución de fondo como ésta. No en vano, la discusión parece estar extendiéndose más de la cuenta pues, tras varias sesiones a puerta cerrada en la última semana, la votación definitiva del texto, inicialmente prevista para hoy jueves 30, está ahora mismo en el aire (se ha eliminado de la agenda oficial del Consejo de Seguridad de jueves y viernes).
Entre los cinco miembros permanentes, sólo Francia y la propia EE.UU. han reconocido expresamente por ahora la soberanía marroquí sobre el territorio. Reino Unido se posiciona en términos similares a los de España, pues sin llegar a reconocer la soberanía, da preeminencia a la propuesta marroquí al considerarla "la base más creíble, viable y pragmática" para resolver el diferendo. Rusia y China mantienen silencio al respecto aunque, pese a la cercanía de ambos a Argelia, lo cierto es que en los últimos tiempos estarían adoptando posiciones más pragmáticas, reconociendo el potencial -económico- de unas buenas relaciones diplomáticas con Marruecos. No en vano, Moscú ha llevado a cabo últimamente un acercamiento a Rabat -materializado en la firma de un acuerdo pesquero sobre sus caladeros atlánticos-, lo que llevó a pensar que quizás podría brindar su apoyo a los planes marroquíes para el territorio. Sin embargo, el enfriamiento en los últimos días de la relación entre Trump y Putin con relación a la guerra de Ucrania y la mención a la iniciativa de autonomía como "única base" de negociación podrían conducir a Rusia a bloquear cualquier resolución con la que no se encuentre cómoda.
Entre los miembros no permanentes -Argelia, Dinamarca, Grecia, Guyana, Pakistán, Panamá, Corea del Sur, Sierra Leona, Eslovenia y Somalia-, tan sólo la primera rechaza tajantemente cualquier iniciativa que no pase por el referéndum y el respeto al derecho a la autodeterminación y, por tanto, se opondría con seguridad al borrador inicial de Washington. Otros como Dinamarca, Eslovenia, Grecia, Corea del Sur, Panamá y Sierra Leona han valorado recientemente la iniciativa marroquí como seria o creíble o directamente la respaldan, aunque ello no significa que apoyasen necesariamente la propuesta autonomista como "único marco", tal y como pretende EE.UU. El resto -Pakistán, Guyana y Somalia- se posicionan de forma más ambigua, pues aunque se alinean normalmente con Marruecos, no se han pronunciado expresamente hasta ahora sobre la iniciativa de autonomía o han cambiado de opinión recientemente.
Ahora bien, incluso si EE.UU. no consiguiese ahora imponer la solución autonomista, ello podría suponer solamente una suspensión temporal de sus planes. Al limitar la prórroga de la MINURSO a tan sólo seis meses (según información de El Independiente), Washington no sólo ejerce presión sobre las partes para sentarse a discutir con celeridad, sino que también dispone de más tiempo para negociar una nueva propuesta con los miembros del Consejo de Seguridad, entre los que no se encontrará ya en mayo la opositora Argelia -pues termina su designación en diciembre- y sí otros nuevos quizás más proclives o sin inclinación definida (Baréin, Colombia, República Democrática del Congo, Letonia y Liberia). Y, además, Trump dispondría así de la posibilidad de cerrar el ansiado "acuerdo de paz" entre Marruecos y Argelia que su enviado especial Steve Witkoff ha prometido "en sesenta días" y que pasaría -ineludiblemente- por negociar antes el asunto del Sáhara Occidental.
- Sea cual sea la resolución finalmente adoptada sobre la MINURSO, no parece que vaya a resolver aun de forma definitiva la cuestión del Sáhara Occidental, si bien la presión de Trump puede impulsar el diálogo hacia una resolución aceptable para todas las partes en los próximos meses.
- Además de no ser miembro actual del Consejo de Seguridad, España no parece tener intención de realizar ningún movimiento que pueda poner en riesgo sus óptimas relaciones actuales con Marruecos y Argelia, por lo que no asumirá ningún protagonismo al respeto.
- Resolver la cuestión del Sáhara Occidental no bastará para cerrar un acuerdo "de paz" entre Marruecos y Argelia -cuyas disputas responden a otros muchos factores-, aunque sí es un requisito fundamental para desbloquear un posible entendimiento. Hasta que no exista una solución para el territorio no habrá estabilidad en la zona ni perspectivas de integración regional, lo que sin duda afecta al planteamiento de nuestra política exterior y a la actividad de nuestras empresas y ONGs.
